El BWS surge de cambios epigenéticos o mutaciones genéticas en genes que regulan el crecimiento, particularmente en el cromosoma 11p15. Esta región contiene genes como IGF2 y H19, que desempeñan un papel crucial en la proliferación celular.
El ACC ocurre en asociación con el BWS, pero es significativamente más raro que otros tumores. Los niños con BWS tienen un mayor riesgo de desarrollar tumores, incluido el ACC, particularmente en la primera infancia. Por lo tanto, se recomienda un seguimiento frecuente durante los primeros 8 años de vida.